Mientra mi mamá planchaba en la cocina y tenía la tele prendida, fuí a servirme un vaso de coca-cola para seguir haciendo un trabajo a última hora. La T.V. sintonizaba el canal 11 (wuakala), el noticiario. La nota de ese instante, mientras estuve en la cocina, se trataba de la actividad turística del sur de Chile y blablabla. Como es obvio, entrevistaron a un turista.
El periodista, en un atisbo de extrema creatividad y de iluminación asertiva, le preguntó al turista colombiano "¿Qué le parece el sur de Chile?".
De todos modos, lo que me impresionó de todo esto no fue exactamente la "elaborada" pregunta, sino la respuesta: "Es interesante, tiene una fotografía muy bella".
Yo, que no he ido mucho al sur, puedo decir que tiene una fotografía muy bella, pues a través de las imágenes virtuales es que conosco o sé mayoritariamente cómo luce el sur de Chile.
¿¡Cómo es posible que una persona que está en el sur diga que tiene una fotografía bonita, acaso no la está mirando en vivo y en directo!?
Es que la sociedad hoy en día vive completamente mediatizada. No distinguimos de la realidad que vemos, escuchamos, sentimos a la realidad virtual. La tele, la fotografías, los medios en general son eso, MEDIOS. Es una realidad virtual que se muestra como si fuera lo común y perteneciente a todos.
Pero no nos acordamos que una foto no es más que una metáfora de algo, una representación.
Cuando mostramos una foto decimos " mira, aquí está mi hija". La verdad es que la hija no está ahí, en ese lugar o en ese minuto. Pareciera que cada día más el ser y el estar se vuelve virtual, ya no definimos nuestra existencia según nuestro físico más próximo, sino que es definida en la representación.
Somos nada más que representación. El mundo contemporáneo es más bien un mundo de metáforas. Ya no
somos si no tenemos facebook, una foto deavatar o un "nick" que nos represente.
Habrá que acostumbrarse...